Manneken Pis

Dirección: Rue de l’Etuve, 31, Bruselas.
Cómo llegar:
• Metro: Gare Centrale.

Si nunca hemos estado en Bruselas, seguramente la primera imagen que nos acude a la mente al pensar en ella es la del Manneken Pis, esta escultura de apenas medio metro que se encuentra en algún rincón del centro y que desde hace siglos es todo un símbolo de la ciudad (al que solo le hace sombra el Atomium).

El Manneken Pis

El Manneken Pis.

El niño meón más famoso del mundo

Lo cierto es que este Manneken Pis (para entendernos: niño meón) es desde hace varios siglos una celebridad en Bruselas y el reclamo turístico indiscutible. Quizás por eso sea tan complicado hacerse una foto con él (y solo con él).

Turistas junto al Manneken Pis

Así de bien rodeado está siempre el Manneken Pis.

Pero el Manneken Pis que podemos contemplar actualmente es una réplica del original, ya que la escultura ha sido robada tantas veces que el ayuntamiento decidió finalmente reemplazarla por una copia. El original fue obra del escultor Jérôme Duquesnoy.

Leyendas sobre el Manneken Pis

Si bien, como decimos, la escultura no tiene nada de especial, sí que lo tiene toda la historia asociada a ella en forma de leyendas que forman parte de la tradición belga: una cuenta que se trató de un niño que apagó la mecha de una bomba con su orina cuando la ciudad estaba siendo sitiada; otra, que era el hijo perdido de una familia burguesa y como cuando lo encontraron estaba orinando tranquilamente, decidieron hacerle una escultura para inmortalizar el momento; las más fantasiosas afirman que no era más que un muchacho que orinaba en la puerta del hogar de una supuesta bruja y esta, en venganza, lo convirtió en estatua por los siglos de los siglos.

El Manneken Pis

El Manneken Pis.

La versión más realista (y mucho menos divertida) de su origen apunta a que simplemente fue construido como fuente para abastecer al barrio de agua potable, y el que se hiciera de forma tan curiosa no es más que una demostración de sentido del humor por parte de los belgas.

Un vestidor envidiable

En un plano más terrenal, existe una tradición en torno al Manneken Pis nacida a finales del siglo XVII, cuando el emperador obsequió con un traje a la estatua: ahí comenzó la moda de cambiar de atuendo al pobre Manneken, cuyo armario alberga más de 700 vestidos de todos los estilos y procedencias.

Exposición de trajes del Manneken Pis

Exposición de trajes del Manneken Pis en el Museo de la Ciudad de Bruselas.

Hacer una visita a su vestidor, que se encuentra en el último piso del Museo de la Ville, es curioso (en lo que atañe a los trajes regionales de cada país) y sobre todo cómico (los trajes de Papa, vampiro o Elvis lo demuestran: no hay piedad con el Manneken).

Para reponer fuerzas…

Por cierto, si vais a haceros la obligada foto con el Manneken, no os vayáis de la zona sin comeros un gofre.

Le Funambule

El Manneken Pis que vigila la entrada a Le Funambule.

Justo al lado de la fuente encontraréis algunos locales donde comer los mejores gofres de Bruselas: nosotros nos quedamos con los de Le Funambule, que están para chuparse los dedos.