Si llegamos hasta Brujas en tren, el parque Minnewater será el primer escenario que nos dará la bienvenida; y será una bienvenida por todo lo alto, especialmente en un día soleado, pues su magnífico lago, con cisnes incluidos, es de lo más romántico: de hecho, se conoce como Lago del Amor (Minne significa amor en neerlandés).

Minnewater Park de Brujas.
Cuenta una vieja leyenda popular flamenca que, en tiempos de la ocupación romana, Minna era una hermosa joven cuyo padre había dado en matrimonio a otro hombre. El caso es que Minna estaba enamorada de Stromberg, un joven de otra tribu (que no debía de caerle en gracia a su progenitor), por lo que decidió escapar y esconderse en el bosque. Cuando Stromberg la encuentra ya es demasiado tarde, pues esta muere de hambre entre sus brazos. Entonces, el joven decide enterrarla en ese mismo punto e inundar su tumba rompiendo un dique, dando lugar al lago que lleva su nombre.

Lago del Amor en el Parque Minnewater en Brujas.
La versión más realista y mucho menos tierna sobre su origen explica que este lago no era más que un muelle donde atracaban los barcos extranjeros que llegaban a Brujas cargados de lana, vino y otros productos importados, y que existía al menos desde el siglo XVI.
Aunque seguramente estéis ansiosos por adentraros en el centro de Brujas, no os arreopentiréis de dedicarle media hora al Minnewater Park, para dar una vuelta por sus senderos y jardines y hacer desde el puente las primeras fotografías de la ciudad.