El Museo de Instrumentos Musicales de Bruselas o MIM es, a nuestro juicio, uno de los más interesantes (y didácticos) de la capital belga. Fundado en 1877 como anexo al Real Conservatorio de Música para mostrar a los estudiantes cómo eran los instrumentos antiguos, fue formando su colección mediante donaciones: la primera, gracias al musicólogo François-Joseph Fétis. La siguiente donación fue hecha en 1876 por parte del rajá Sourindro Mohun Tagore, que obsequió a Leopoldo II con cientos de instrumentos musicales indios.

El bonito edificio del Museo de los Instrumentos Musicales.
El edificio Old England
Desde 1992 el MIM forma parte de los Museos Reales de Arte e Historia de Bruselas; ubicado desde el año 2000 en un impresionante edificio art noveau (antigua sede de los almacenes Old England, como todavía puede leerse en su fachada), obra del arquitecto Paul Sainteroy, vale la pena visitar el museo también por conocer el inmueble que lo contiene. Aparte de la fachada de hierro forjado y vidrio, que llama la atención ya desde la calle, destaca especialmente el ascensor de su interior, que mantiene su antigua estructura.

Gramófono en el Museo de Instrumentos Musicales.
Una colección única en el mundo…
Las más de 1.200 piezas que alberga el Museo de Instrumentos Musicales se distribuyen en cuatro plantas:
- En la planta -1, la colección Musicus Mechanicus exhibe cientos de instrumentos eléctricos y mecánicos.

Piano en el Museo de Instrumentos Musicales.
- El primer piso, uno de los más entretenidos, está dedicado a todo tipo de instrumentos del folclore internacional: desde las gaitas escocesas hasta los tambores africanos, pasando por los instrumentos de hueso tibetanos y otros tantos ejemplos.

Tambores en el Museo de los Instrumentos Musicales.
- En el segundo piso encontraremos instrumentos de cuerda y percusión, como arpas, órganos, pianos o violines (incluyendo una recreación de un taller de fabricación de estos dos últimos).

Taller de pianos en el Museo de Instrumentos Musicales.
- El cuarto piso está dedicado a exposiciones temporales, que van variando cada año.

Esta señal en el suelo indica que podamos utilizar la audioguía en este punto del museo.
…y uno de los mejores miradores de Bruselas
Para concluir la visita como se merece, te recomendamos subir al restaurante del museo, situado en la última planta. Desde él puedes acceder al mirador sin necesidad de realizar una consumición: las vistas panorámicas al casco antiguo de Bruselas te sorprenderán.