En uno de los mejores barrios de Bruselas se esconde la pequeña Place du Petit Sablon, uno de los lugares con más encanto de la capital belga.

La Place du Petit Sablon.
Un poco de historia
La plaza es producto de las transformaciones urbanísticas que sufrió la ciudad a lo largo del siglo XIX, y a su vez, de un sentimiento patriótico que impregnaba a una nación recién nacida, cuya independencia se había conseguido apenas unos años antes. De ahí que sobre este antiguo solar, que se había destinado para propósitos tan diversos como un cementerio o un mercado de caballos, las autoridades de Bruselas decidieran crear la Place du Petit Sablon, un espacio público dedicado a la exaltación del nacionalismo belga y obra del arquitecto Henri Beyaert (cuya obra serviría de inspiración años después para el célebre Victor Horta).
Sus esculturas
La plaza está vallada y rodeada de 48 estatuas de bronce, que representan a cada uno de los antiguos gremios medievales (albañiles, cerveceros, escultores, pizarreros…).

Esculturas en la Place du Petit Sablon.
Además, a lo largo del jardín encontraremos también otras esculturas que representan a algunos personajes belgas clave para la historia y la ciencia, como el geógrafo Ortelius, el cartógrafo Mercator o el botánico Dodonnée. Por último, destaca el monumento dedicado a los condes de Egmont y Homes, que encabezaron una revuelta contra España en el XVI, fueron ejecutados por ello en la Grand Place y desde entonces se convirtieron en símbolo por excelencia de la resistencia flamenca.

Picinic en los jardines del Petit Sablon.
Como decíamos, el barrio de Sablon es uno de los más elegantes de Bruselas, plagado de anticuarios, chocolaterías (¡cómo no!) y tiendas de delicatessen, inmobiliarias de lujo y locales de diseño.
Desde esta coqueta plaza hay, además, una buena perspectiva para fotografiar la Iglesia de Notre-Dame du Sablon.